Las creencias ambientales en la adultez. Un estudio mediante la escala Nuevo Paradigma Ecológico[1] Descargar este archivo (Las creencias ambientales en la adultez.pdf)

José Eduardo Moreno[2], María Eugenia Prestofilippo[3] y Jésica Verónica Favara[4]

Universidad del Salvador, Argentina

Resumen

El objetivo del trabajo es analizar y comparar las creencias proambientales, según el Nuevo Paradigma Ecológico (NEP), en sus tres dimensiones y en general, en la adultez temprana, adultez media y adultez tardía. Para ello se obtuvo una muestra por conveniencia y en cuotas según edad y género, que comprendió a 151 sujetos de la ciudad de Paraná, Argentina. El instrumento administrado fue la adaptación de la Escala NEP al español (Vozmediano y San Juan, 2005). Los resultados del análisis univariado de varianza del puntaje total de la escala NEP y el análisis multivariado de varianza de las dimensiones del NEP, nos muestran que en cuanto a las creencias ambientales no existen diferencias entre los adultos tempranos, medios y tardíos de la muestra estudiada, como tampoco según género. Se observa una gran homogeneidad del sistema de creencias proambientales durante toda la vida adulta y también según género.

Palabras clave: Psicología Ambiental, Creencias ambientales, Adultez.

Abstract

The objective of the present paper is to analyze and compare pro-environmental beliefs, according to the New Ecological Paradigm (NEP), in its three dimensions and generally, in early adulthood, middle adulthood, and late adulthood. For this, a convenience and age and gender quota sample were obtained, that comprised 151 subjects from the city of Paraná, Argentina. The instrument NEP Scale, adapted to Spanish by Vozmediano and San Juan, was administered. The results of the univariate analysis of variance of NEP Scale total score and multivariate analysis of variance of NEP dimensions, show us that, in terms of environmental beliefs, there are no differences among the early, middle and late adults in the studied sample, nor according to gender. A great homogeneity of the pro-environmental belief system is observed throughout adult life and also according to gender.

Keywords: Environmental Psychology, Environmental beliefs, Adulthood.

Introducción

Una conciencia ambiental integral supone una conexión entre varios constructos psicológicos (conocimientos, información, normas, valores, actitudes, creencias, etc.) los cuales desencadenan comportamientos que posibilitan la buena convivencia con el medio ambiente, así como de su preservación y transformación en función de las propias necesidades, sin comprometer con ello la posibilidad de las generaciones futuras al satisfacerlas (Alea, 2006). El grado de adhesión a creencias favorables a la protección y al respeto del medio ambiente tiene una especial relevancia, dado que las creencias configuran las verdades básicas sobre la realidad física y social, como también de la naturaleza de uno mismo, siendo los parámetros que usamos para darle sentido a nuestro mundo (Murray, 2011).

El denominado “Nuevo Paradigma Ecológico” (en inglés NEP, New Ecologic Paradigm) es un enfoque conceptual que apunta a un cambio radical hacia una sociedad más proambiental (Amérigo, Aragonés, Sevillano y Cortés, 2005). El NEP propone un nuevo sistema social que, como consecuencia del deterioro medioambiental provocado por el ser humano, promueva un cambio en las creencias, actitudes, valores y estilos de vida. Frente al paradigma actualmente predominante, que define como antropocentrista (dado que pone al hombre como eje central del ecosistema, al cual manipula y gobierna en todos los componentes, elementos y factores), el NEP es una propuesta de tipo ecocéntrica, centrada en la naturaleza, en el ser humano inmerso en el mundo natural. Esto es, que da prioridad a la conservación de todas las especies y los ecosistemas sobre la conservación de los individuos, incluidos los seres humanos. Dunlap y Van Liere (1978, 1984) elaboraron la Escala NEP, un instrumento que analiza el sistema de creencias según este nuevo paradigma, siendo capaz de medir con fiabilidad las creencias sobre la relación de la humanidad con el planeta y el impacto de sus actividades sobre el mismo (Amérigo y González, 2001). La Escala NEP ha sido muy utilizada para el estudio de las creencias ambientales, entendidas como la valoración y posicionamiento ante los problemas ambientales.

Dunlap y sus colaboradores presentaron en el año 2000 una versión mejorada de la escala, que comprende de modo más exhaustivo las distintas facetas de una visión ecológica del mundo, equilibrando el número de ítems en dirección pro y anti-NEP y actualizando la terminología de la primera versión (Dunlap, Van Liere, Mertig y Jones, 2000).Si bien la escala NEP original es unidimensional, incluyendo ítems pro-NEP y anti-NEP, estudios posteriores demostraron el carácter multidimensional de esta escala y mediante estudios factoriales obtuvieron tres factores de las creencias ambientales: “ecocentrismo”, “antropocentrismo” y “conciencia de límite” (Vozmediano y San Juan, 2005; Gomera, Villamandos y Vaquero, 2013).

Aunque en un principio la escala NEP estuvo concebida para medir un único constructo, se estructura en un número variable de factores y se confirmó una estructura subyacente (Amérigo et al., 2005; Hernández, Corral, Hess y Suárez, 2001; Vozmediano y San Juan, 2005). Por lo anterior es razonable evaluar tanto las tres dimensiones o factores antes mencionados, así como el puntaje total.

La dimensión “antropocentrismo” comprende ítems tales como: “Los seres humanos tienen derecho a modificar el medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades”. En cambio, la dimensión “ecocentrismo” comprende ítems como: “Las plantas y los animales tienen tanto derecho como los seres humanos a existir”. Por su parte, la dimensión “conciencia de límite” (de los recursos de la biosfera) comprende ítems como: “Si las cosas continúan como hasta ahora, pronto experimentaremos una gran catástrofe ecológica”.

Este trabajo se focaliza en el estudio de las creencias ambientales por el papel central que juegan en la conciencia ambiental, así como por ser una variable predictora de las actitudes y conductas proambientales (Amérigo, 2006).

Investigaciones como las de Harris (2006) y Chen et al. (2011) confirman que existe una correlación positiva entre el puntaje de la escala NEP y el comportamiento ambiental. Chen et al. (2011) observaron que los adultos mayores tienen menos posibilidades de participar en actividades proambientales que los jóvenes. Las diferencias de impacto del comportamiento proambiental en relación con la edad pueden explicarse por el efecto de cohorte (Buttel, 1979), donde los más jóvenes han alcanzado la mayoría de edad durante un período de degradación ambiental intensa. También se encontró en China que las personas con mayor nivel de estudios, de zonas más urbanizadas, más jóvenes y las mujeres, demostraron más comportamientos proambientales (Chen et al., 2011; Gong y Lei, 2007; Harris, 2006). Estos hallazgos coinciden en gran medida con los de estudios de comportamiento proambiental en países occidentales (Tindall, Davies y Mauboules, 2003). Los primeros estudios (Hines, Hungerford y Tomera, 1986/87; Roberts, 1996) en adultos, así como otros más recientes (Gilg, Barr y Ford, 2005; Pinto, Nique, Añaña y Herter, 2011; Swami, Chamorro-Premuzic, Snelgar y Furnham, 2011) encuentran que las personas mayores informan que tienen un comportamiento más proambiental que las personas más jóvenes. Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que algo importante le sucedió a una generación anterior que no le sucedió a la generación más joven. Si es así, dicho efecto de cohorte no sería causado por el envejecimiento en sí, sino por eventos que tuvieron un mayor impacto en un grupo de edad que en otro.

Hallin (1995) sostiene que los grupos de mayor edad tienen hábitos de consumo más ecológicos porque están más predispuestos a ahorrar y compensar por sus experiencias de carencia, dado que pertenecen a las generaciones de la Segunda Guerra Mundial o de la posguerra.

Asimismo, las personas mayores tienen más comportamientos positivos de gestión de residuos (engloba las actividades necesarias para hacerse cargo de un residuo). Aunque esto contrasta con que los jóvenes tienen mayor tendencia a reutilizar los residuos, un aspecto de esta gestión (Swami et al., 2011). Parece ser que la edad conlleva cambios en las conductas proambientales, pero en menor medida en los valores y creencias proambientales. Por todo lo mencionado, se consideró importante realizar en nuestro país un estudio de las creencias ambientales que explore si existen variaciones entre los 18 y los 65 años, período más largo del ciclo vital al que se denomina adultez.

El objetivo general de esta investigación fue evaluar y comparar las creencias proambientales, según el Nuevo Paradigma Ecológico, en general y en sus tres dimensiones, en la adultez temprana, adultez media y adultez tardía.

Metodología

Diseño

Es un estudio no experimental cuantitativo y transversal. El diseño muestral es no probabilístico por conveniencia y en cuotas según edad y género.

Participantes

La muestra comprendió a 151 adultos, 76 varones (50,3%) y 75 mujeres (49,7%). Esta muestra abarca tres submuestras: a) adultez temprana: 51 sujetos (29 varones, 56,9 % y 22 mujeres, 43,1%); b) adultez media: 51 sujetos (24 varones, 47,1 % y 27 mujeres, 52,9%), y c) adultez tardía: 49 sujetos (23 varones, 46,9 % y 26 mujeres, 53,1%). La submuestra de adultez temprana comprende adultos de 18 a 30 años (Media= 24,0; desvío= 4,1), la de adultez media a sujetos de 31 a 45 años (Media= 37,5; desvío= 2,4) y la de adultez tardía a sujetos de 46 a 65 años (Media= 53,9; desvío= 7,8). Criterios de inclusión: ser residentes de la ciudad de Paraná y Gran Paraná (Entre Ríos, Argentina), tener estudios primarios completos y no pertenecer a poblaciones marginales de esta área urbana.

Instrumentos

Se utilizó la adaptación de la Escala NEP al español de Vozmediano y San Juan (2005) y de Gomera et al. (2013). Estos autores mostraron su fiabilidad (consistencia interna > 0.7) y la validez convergente a través de las correlaciones con una serie de variables consideradas como criterio de validez teórica (valores ecológicos de la Escala de Schwartz y valoración de la responsabilidad en el deterioro medioambiental). Diversos autores han propuesto traducciones y adaptaciones al castellano de esta escala; la más destacada fue la realizada por Amérigo y González (2001). Por su parte, Vozmediano y San Juan (2005) propusieron una adaptación al español con un ítem más, haciendo un total de 16 ítems. Sus 16 ítems, de respuesta tipo Likert, valoran de uno a cinco el grado de acuerdo o desacuerdo con una serie de afirmaciones sobre diferentes creencias ambientales. En la escala NEP los ítems se presentan ordenados de modo que el acuerdo con los números impares y el desacuerdo con los pares indican respuestas pro-NEP. De este modo indican respuestas pro-NEP el acuerdo con los ítems 2, 3, 4, 8, 9, 11, 13, 14, 15 y el desacuerdo con los ítems 1, 5, 6, 7, 10, 12, 16.La escala NEP fue dimensionada a partir de una combinación de ítems siguiendo las sugerencias de Vozmediano y San Juan (2005) y el trabajo de Gomera et al. (2013). Así se obtuvieron 5 ítems tanto para Antropocentrismo como para Ecocentrismo. Cabe destacar que Vozmediano y San Juan (2005) obtuvieron valores de consistencia de 0.71 (alfa de Cronbach), tanto para Ecocentrismo como Antropocentrismo, mientras que Gomera et al. (2013) obtuvieron 0.84 y 0.68 para Ecocentrismo y Antropocentrismo respectivamente. Los restantes ítems hacen referencia a la dimensión conciencia de las limitaciones de la biósfera.

Procedimientos de administración

Todos los sujetos fueron entrevistados individualmente, y previamente informados de la naturaleza del estudio, participando de manera voluntaria y anónima.

Resultados

Se realizó un análisis univariado de varianza (ver tabla 1) para evaluar la existencia de diferencias significativas entre las medias obtenidas según tipo de adultez en el puntaje total del NEP: adultez temprana (M= 3,63; DS= 0,37), adultez media (M= 3,67; DS= 0,33) y adultez tardía (M= 3,54; DS= 0,34). Se obtuvo evidencia que indica ausencia de diferencias significativas en cuanto a las creencias proambientales entre los adultos tempranos, medios y tardíos (F= 2,01; p= 0,14). Además no se hallaron diferencias significativas según género en cuanto a las creencias ambientales (F= 0,0035; p= .85). No se encontró interacción entre las variables género y tipo de adultez (F= 0,252; p= .14).

Los puntajes medios de las tres submuestras de adultez fueron superiores a 3,5. Teniendo en cuenta que los valores promedios de esta escala varían de 1 a 5, se puede afirmar que los adultos que se adhieren mayoritariamente a las creencias proambientales, consideran aceptables o totalmente aceptables dichas creencias.

Respecto a la relación edad (tomada sin agrupar por período) y proambientalidad, se obtuvo un coeficiente de correlación r de Pearson estadísticamente significativo (r= -0,164; p= .04), con correlación inversa. Es decir que, a mayor edad es menor el Pro-NEP que presentan. Esta correlación negativa, si bien es baja, va en un sentido contrario a lo observado en otras investigaciones y países.

Tabla 1.
Análisis Univariado de Varianza (ANOVA). Diferencias de valores medios de los puntajes totales proambientales del NEP según período de adultez y género.

Adultez

Muestra Total

Varones

Mujeres

N

M

DS

M

DS

M

DS

Temprana

3,63

0,37

3,61

0,34

3,66

0,34

51

Media

3,67

0,33

3,70

0,25

3,65

0,40

51

Tardía

3,54

0,34

3,51

0,39

3,55

0,33

49

Total Adultos

3,62

0,36

3,61

0,36

3,62

0,36

151

N

 

151

 

76

 

75

En la tabla 2 se pueden observar los resultados del Análisis Multivariado de Varianza (MANOVA) en el que se evaluó la existencia de diferencias significativas entre las medias de las dimensiones del NEP según período de adultez. Se obtuvo un Fde Hotelling(6, 284) = 1,73 y p=.11, es decir que no existen diferencias significativas entre las medias de las tres dimensiones del NEP según período de adultez. En la tabla 2 figuran los F univariados en los que se evidencia la no existencia de diferencias para cada una de las dimensiones según etapa de la adultez. Tampoco se encontraron diferencias significativas según sexo (F= 1,29; p= .28), ni interacción género – etapa de adultez (F= 1,02; p= .41).

Cabe señalar que en el cálculo del puntaje total pro-NEP los ítems de antropocentrismo se invirtieron por ser los contrarios al nuevo paradigma ecológico. En cambio, en la tabla 2 la media de antropocentrismo refleja la adhesión a estas creencias centradas en la supremacía del ser humano frente al medio ambiente, por lo cual no fueron invertidos sus puntajes.

Tabla 2.
Análisis Multivariado de Varianza (MANOVA). Diferencias de valores medios de las dimensiones del NEP según período de adultez.

Dimensiones NEP

Adultez temprana

Adultez media

Adultez tardía

F

p

M

DS

M

DS

M

DS

Ecocentrismo

4,11

0,48

4,28

0,46

4,07

0,66

2,39

.09

Antropocentrismo

2,41

0,57

2,36

0,61

2,57

0,51

1,88

.15

C. de límite

3,66

0,56

3,57

0,47

3,62

0,52

0,35

.70

N

51

 

51

 

49

     

Tanto el ANOVA del puntaje total de la escala NEP como el MANOVA de las dimensiones del NEP, nos muestran que en cuanto a las creencias ambientales no existen diferencias entre los adultos tempranos, medios y tardíos de la muestra estudiada.

Para profundizar más este estudio, también se realizaron comparaciones de las medianas de cada uno de los 16 ítems de la escala NEP según etapa de la adultez, pero no se obtuvieron pruebas t con diferencias significativas. Sin embargo, se observó una tendencia en el ítem 10 (“La idea de que la humanidad va a enfrentarse a una crisis ecológica global se ha exagerado enormemente”). En este reactivo el 17,7% de los adultos tempranos y el 19,6% de los adultos medios estuvieron de acuerdo o totalmente de acuerdo, mientras que en los adultos tardíos fue del 30,6%. Se podría decir que, con el incremento de la edad, especialmente después de los 45 años, estaría presente en mayor medida la creencia en negar la posibilidad de una próxima crisis ecológica global. También a las tres dimensiones del NEP se las correlacionó con la variable edad no agrupada. Se obtuvieron un r= -.060 y p= .46, en ecocentrismo, r= .153 y p= .06 en antropocentrismo y r= -.069 y p= .40 en conciencia de límite. Es decir que no hubo correlaciones significativas entre la edad y las creencias proambientales.

Discusión y conclusiones

Los resultados obtenidos nos permiten profundizar en el conocimiento de cómo se estructuran y desarrollan las percepciones básicas sobre la relación ser humano-naturaleza y la predisposición de actuar de manera más o menos ecológica. Estos resultados coinciden con algunos estudios, pero difieren con muchos otros.En una investigación con 215 estudiantes universitarios brasileños sobre las creencias ambientales (ecocéntricas y antropocéntricas) y las conductas proambientales, Pato, Ros y Tamayo (2005) afirman que la edad y el género están asociados a las creencias y comportamientos ecológicos. Las mujeres y los estudiantes de más edad fueron los más preocupados por las cuestiones ambientales y manifestaron tener más comportamientos proambientales.

Otros estudios muestran que los hombres manifiestan una menor preocupación ambiental por mostrar un mayor optimismo tecnológico en la solución de los problemas ambientales que las mujeres (Gómez Benito y Paniagua Mazorra, 1996).

Moyano Díaz y Palomo Vélez (2014) en un estudio de población chilena con la escala NEP encontraron resultados semejantes respecto al género en algunos estudios previos, según los cuales los hombres son más ecocéntricos que las mujeres, a diferencia de lo encontrado por McCright (2010). Es decir que existen resultados disímiles según la cultura (Amerigo, Aragonés y García, 2012) en la que se lleva a cabo la investigación sobre las variables edad y género y su relación con el proambientalismo. Además, cabe señalar que muchos estudios difieren con los instrumentos o adaptaciones utilizados, lo que hace difícil su comparación.

En el presente estudio, por el contrario, se observa una gran homogeneidad del sistema de creencias proambientales durante toda la vida adulta y también según género; si bien no niega la existencia de diferencias posibles en cuanto a las actitudes y conductas proambientales, dado que se limitó al estudio de las creencias. Sin embargo, presenta como limitación que se realizó solamente en una ciudad de la Argentina, no siendo representativa de la población del país. Es necesario replicarla tanto en las grandes urbes, en otras ciudades y pueblos, como también en las zonas rurales. También se sugiere realizarlo con otros grupos etarios como niños, adolescentes o adultos mayores.

Referencias

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Notas

  1. Este trabajo es parte del Proyecto de Investigación (PI 1814): “Evaluación del bienestar, la preocupación ambiental y las conductas proambientales en jóvenes y adultos mayores” del Instituto de Investigación de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador. (USAL), Argentina.

  2. Doctor en Psicología. Profesor Emérito e Investigador del Instituto de Investigación de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (USAL), Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: jemoreno1@yahoo.com

  3. Licenciada en Psicología. Miembro del Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores, Integración y Desarrollo Social, Facultad “Teresa de Ávila”, UCA – sede Paraná.

  4. Licenciada en Psicología. Profesora Asistente de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (USAL) e Investigadora Adjunta del Instituto de Investigación de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía (USAL).