Aportaciones psicoanalíticas para la interpretación del acto criminal Descargar este archivo (Aportaciones psicoanalíticas para la interpretación del acto criminal.pdf)

Wael Sarwat Hikal Carreón[1]

Universidad Autónoma de Nuevo León, México

Resumen

El presente artículo expone a tres psicoanalistas neofreudianos que estuvieron apegados a Sigmund Freud en alguna etapa del desarrollo de la teoría psicoanalítica. Cada uno realizó estudios que derivaron aportaciones aplicables a la psiquiatría, el psicoanálisis y la psicología, entre otras áreas. Aquí se resaltará la parte que es tomada por la criminología y la psicología criminal para descifrar la personalidad antisocial durante su conducta criminal. En este acotado espacio se presentan a tres psicoanalistas, Adler y el complejo de inferioridad como detonante negativo de la conducta; a Jung y el inconsciente criminal colectivo, y finalmente a Reik, con la compulsión a confesar.

Palabras clave: Alienación mental; Castigo; Delincuencia; Psicoanálisis; Psicopatología.

Abstract

This article exposes three neo-Freudian psychoanalysts who were attached to Sigmund Freud at some stage in the development of psychoanalytic theory. Each one carried out studies that derived contributions applicable to psychiatry, psychoanalysis, psychology, among other areas. Here will be highlighted what is taken by criminology and criminal psychology to decipher the antisocial personality during criminal conducts. In this limited space are presented three psychoanalysts, Adler, and the inferiority complex as a negative trigger for the conduct, Jung, and the collective criminal unconscious, and finally Reik, with the compulsion to confess.

Keywords: Delinquency; Mental disorders; Psychoanalysis;Psychopathology; Sanction.

Introducción

Freud sentaría las bases de estudios profundos sobre los humanos en sus temores, deseos, complejos y fijaciones, descubriendo procesos mentales y de desarrollo de la personalidad donde están involucrados múltiples dinámicas y situaciones internas y externas que influyen en nosotros. Tales estudios han impactado en el ámbito criminal, donde la teoría general se aplica a los casos de estudio de la personalidad del criminal que permiten reconstruir sus procesos, esto para emplearlo de manera terapéutica y académica. Luego de los estudios de Freud, otros investigadores tomaron como base sus postulados para realizar derivaciones, incluso modificaciones o correcciones al no estar de acuerdo del todo con este, pero no es el caso conocer ese debate en el presente artículo, sino ver cuáles fueron las aportaciones desde nuevos y diversos enfoques que nos permiten interpretar la conducta criminal.

Los psicoanalistas neofreudianos

Los psicoanalistas neofreudianos son tratadistas del psicoanálisis que fueron capacitados en la teoría freudiana, quienes después modificaron los estudios originales y crearon nuevas tesis, incluso contrarias a la original. En la imagen a continuación se observa a Sandor Ferenczi (Hungría) de pie a la derecha; sentados: Freud a la izquierda, Hall al centro y Jung a la derecha.

III

Figura 1. Los psicoanalistas neofreudianos
(Fuente: https://habitartuinterior.com/interpretacion-suenos/)

Alfred Adler y el complejo de inferioridad como detonante positivo y negativo

Alfred Adler1.png

Figura 2. Alfred Adler
(Fuente: https://www.pinterest.de/pin/157696424435578469/?d=t&mt=login)

Psicoanalista neofreudiano, Alfred Adler (1870-1937) opinaba que la importancia atribuida por Freud a las necesidades sexuales era exagerada y desproporcionada. Adler nació en Viena, Austria, y tuvo una infancia complicada, pues fue un niño débil, lo que orientó sus preocupaciones sobre el complejo de inferioridad física. Estudió medicina y fue catedrático del Pedagogium de Viena, y posteriormente del Colegio de Medicina Long Island en Nueva York y de la Universidad de Columbia (Morris, 1997, p. 357).

Era un reconocido médico cuando se juntó con Freud, convirtiéndose en uno de sus primeros seguidores y trabajando en colaboración durante 10 años. Después se separó de Freud por claras diferencias en la teoría, que el fundador del psicoanálisis no podía aceptar; entonces Adler funda su propia corriente de pensamiento: La psicología individual. Esta denominación no implica una oposición entre lo individual y lo colectivo; por el contrario, para Adler las influencias ambientales tienen una gran importancia en la personalidad de cada sujeto. Así, para la criminología clínica son importantes los aspectos interiores personales y la influencia que tiene el medio sobre ellos.

Este autor empleó el concepto de complejo de inferioridad para casos en donde los adultos no han podido sobreponerse a los sentimientos de inferioridad desarrollados durante la infancia. Las relaciones sociales tempranas con los padres tienen un efecto relevante sobre la capacidad de los niños para superar los sentimientos de inferioridad y lograr orientarse hacia propósitos útiles para la sociedad, como la colaboración y mejoramiento de esta. El complejo de inferioridad podría ser definido como la fijación de sentimientos de inferioridad personal que dan lugar a una inestabilidad y temor emocional y social.

Como causas del complejo de inferioridad, Adler encuentra principalmente las anomalías orgánicas y la inferioridad psíquica, por carencia o deformidad de órganos, debilidad de los mismos, etcétera. Pero no son estas las causas únicas, ya que las condiciones sociales y económicas, cuando son extraordinariamente contrarias al sujeto, le hacen fracasar, cuando en condiciones normales hubiera sido exitoso.

Adler desarrolló un solucionador de conflictos que él llamaría compensación, definido como los esfuerzos de la persona por recuperarse a debilidades personales, reales o imaginarias; por ejemplo, los músicos-cantantes: Cristal, José Feliciano, Stevie Wonder (los tres con ceguera), Roberto Carlos (sin una pierna), entre otros, quienes desarrollaron habilidades auditivas particularmente agudas.

Si la compensación falla, la persona se dejará vencer por esas dificultades y no tendrá la capacidad de reponerse. Por esta razón, Adler propuso que el principal estímulo y motivo humano es el deseo de superioridad, no en el sentido de ubicarse por encima de los demás, sino como una forma de lograr un desarrollo y perfección personales que todos buscan, como evolución o mejoramiento.

El fuerte sentimiento de inferioridad, la aspiración de superioridad personal y un deficiente sentimiento de comunidad son siempre reconocibles en la fase precedente a la desviación de la conducta. Al respecto, Adler afirma: “La actividad antisocial que se dirige contra el prójimo es la adquirida precozmente por aquellos niños que caen en la errónea opinión de que todos los demás pueden ser considerados como objeto de su pertenencia, y exteriorizar esta opinión amenazando con su actitud, el trabajo, la salud y vida de los demás. Su comportamiento peligroso dependerá del grado de su sentimiento de comunidad”.

Adler tuvo interés por el fenómeno criminal. Al visitar las cárceles, diferenció en ellas a la población, dividiéndola en neuróticos y delincuentes. Adler concluyó que el criminal es un enemigo de la sociedad y no lamenta su delito, sino que lo justifica y lo racionaliza; es decir, se le resbala, le falta el interés social. El neurótico por el contrario, sí tiene interés social, pero tiene problemas de adaptación.

El criminal tiene una razón privada, una lógica propia que rompe con el entendimiento de la vida. Las cárceles son universidades del crimen y el tratamiento para los internos debe mejorar, el interés en reconstruir en ellos valores sociales debe ser mayor. Lo peor de las cárceles es la brutalidad o el aislamiento. Por otra parte, importante también es el reconstruir las estructuras sociales, así como las formas de gobierno, pues influyen también en su deformación de la personalidad.

El antisocial es un ser que fracasó en su vida familiar y social. Trata de realizar actos que dañen a los demás para demostrar su fuerza, su superioridad. La víctima será inferior al criminal y este se sentirá con control sobre ella, sobre la ley, y de aquello que le plazca, piensa que domina al entorno. El antisocial no pudo vencer sus problemas y no consiguió la adaptación social.

Por otro lado, el sentimiento de inferioridad genético, orgánico o condicionado por la situación resulta muy actual, pues en las sociedades prevalecen estereotipos de toda índole: se critica por ser muy altos, delgados, obesos, arraigados físicamente en rasgos nativos, no agraciados físicamente, excéntricos, o por estar discapacitados. Resulta factible ejercer un control determinado sobre el físico, pues se puede adelgazar o engordar, pero qué sucede cuando se es invidente o se camina mal, el rechazo de los demás crea temor, tristeza o agresividad, según la genética de cada individuo y la forma en que los padres lo ayuden a aceptar la discapacidad, es indispensable.

En el esfuerzo de compensar ese sentimiento mediante la ambición de poder, es asunto crucial. Cuando se tienen un complejo se lucha por salir adelante y esto engrandece; sin embargo, según la personalidad, una vez probado “el poder” que puede ejercer respecto a los demás, se llega incluso a la humillación porque debido al complejo (superioridad-inferioridad), se toma la revancha. Se trata aquí de casos referidos a problemas físicos o psicológicos, pero resulta que el poder, aun en personas a quienes se considera equilibradas, hace perder el control y que en muchas ocasiones el contacto con la realidad se deforma.

Adler sugirió que las personas se esfuerzan constantemente por alcanzar la perfección individual como la perfección de la sociedad a la que pertenecen. Aunque todas las personas se esfuerzan por alcanzar la perfección social e individual, cada individuo desarrolla un conjunto particular de proyectos y creencias que se convierten en su forma de vida. Se considera que este énfasis en el esfuerzo voluntario hacia las metas sociales y positivas señalan a Adler como el padre de la Psicología Humanista. Cabe señalar la diferencia entre esta y el psicoanálisis. La primera adapta al individuo al ambiente y el psicoanálisis lo adapta a sí mismo (Orellana Wiarco, 2009).

Entre las obras de Adler destacan: Estudio Sobre las Inferioridades Orgánicas, El Carácter Nerviosos, El Conocimiento del Hombre y El Sentido de la Vida. Para conocer más sobre él, consúltese la Sociedad Norteamericana de Psicología Adleriana, en: http://www.alfredadler.org/, así como la Universidad Adler, en: http://www.adler.edu/

Carl Jung y el inconsciente criminal colectivo

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Figura 3. Carl Gustav Jung
(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Carl_Gustav_Jung)

Carl Jung (Suiza, 1875-1961), estudió en Basilea y París, fue ayudante en una clínica psiquiátrica de Zürich y catedrático desde 1905. Además fue médico y precursor de la Psiquiatría Moderna, hizo aportaciones a la psicoterapia, además de fundar la Psicología Analítica, trató de encontrar un origen de la psique (DiCaprio, 1989, p. 84). Sería el primero en presidir la Asociación Psicoanalítica Internacional (Asociación Psicoanalítica Internacional, s.f.), desde 1910 hasta 1917 aproximadamente, y por lo tanto de liderar los congresos internacionales de Psicoanálisis.

Al principio apoyó de manera incondicional el pensamiento de Freud, pero más tarde rechazó la importancia elemental atribuida a los impulsos sexuales inconscientes. En lugar de ello, sugería la existencia de un inconsciente colectivo. Para Jung, el inconsciente es una representación de la naturaleza, es algo que nos da origen. El material inconsciente consiste en impulsos, urgencias, intenciones, conclusiones y toda la gran variedad de sentimientos. Cualquiera de estos puede formar parte temporal o constante en el inconsciente.

Creía que existen dos niveles distintos del inconsciente: 1) Inconsciente persona: Contiene los pensamientos ocultos, experiencias arrinconadas e ideas sin desarrollar, y 2) inconsciente colectivo: Consiste de recuerdos y patrones conductuales heredados de generaciones arcaicas.

Jung decía que, así como el cuerpo humano es un museo de órganos en el que detrás de ello hay una larga historia de evolución, la mente lo es de la misma manera. No puede haber un producto sin historia, y se refiere a lo biológico, prehistórico e inconsciente desarrollo de la mente en el ser humano arcaico, en que la mente era cercana a la de un animal. Contrario a esto, en la actualidad, y con el paso de los siglos, hemos tratado de diferenciarnos de los animales o de lo salvaje a través de la cultura, hemos ido perdiendo la naturalidad por las reglas impuestas, de ahí que se nos haga la diferencia con los animales.

Jung propuso que el inconsciente colectivo contiene arquetipos, es decir, representaciones simbólicas de una persona, objeto o experiencia. Jung les llamaba arquetipos o imágenes fundamentales, y fue criticado según él por gente que no conoce de psicología y mitología. Jung tuvo un paciente que estaba en pánico porque decía que tenía ciertos pensamientos y que estaba loco, pero Jung le mostró un libro de hace 400 años y le dijo que no había razón para que pensará así, que en aquel tiempo tenían sus mismas ideas. El hombre se mostró tranquilo después de eso.

Lo anterior lleva a pensar si existe un inconsciente colectivo de carácter criminal, o si pudieran heredarse tendencias inconscientes de naturaleza antisocial. Esto podría ser una forma del sujeto no evolucionado de Lombroso; es decir, un ser atávico, que en Jung serían pensamientos atávicos.

Posiblemente lo que Jung intenta explicar es que la conducta del antisocial se debe a sus antepasados, que mataban, iniciaban fuego, golpeaban, pero por sobrevivencia; en el caso del criminal, este no tiene controlado el instinto salvaje de matar, robar, no mostrar remordimiento, etcétera y por eso es llevado a actuar así: por su falta de evolución-adaptación.

El criminal es la supervivencia de un ser primitivo. Un trastornado podrá escuchar voces que lo ataquen y que lo lleven a atacar, lo que podría ser una regresión al pasado mitológico y prehistórico. También Garófalo señalaba arquetipos de tipo moral innatos que se presentan de la misma manera que la constitución física de la raza a la que se pertenece. Dice que en ocasiones hay un instinto que lleva a actuar fuera de todo razonamiento.

Esto se refiere a la impulsividad e incapacidad para planificar el futuro. Al hablar de delito natural, se refiere a que es de origen psicológico y antropológico, que siempre ha existido desde el pasado. El robo y el homicidio son los delitos más antiguos, practicados por los humanos y animales, y que aún persisten; es decir, hay una herencia-genética criminal. De igual forma, Ferri señalaba que es más fácil hacer el mal, ya que este ha existido siempre y es algo que se lleva en sí desde hace siglos.

Más sobre este autor puede ser consultado en: Reflexiones sobre Psicología y Cultura y Vida. La página de Jung, en: http://www.cgjungpage.org/, y el Instituto de Zürich CGJ, en: http://www.junginstitut.ch/

Theodor Reik y la compulsión a confesar

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Figura 4. Theodor Reik
(Fuente: https://www.psyalpha.net/biografien/theodor-reik?language=de)

Theodor Reik (Austria) fue colaborador de Freud, se hizo famoso por sus obras de psicoanálisis, destacando en su trabajo La Compulsión a Confesar. En este señala que algunos síntomas neuróticos como el enrojecimiento y tartamudeo pueden interpretarse como confesiones inconscientes que expresan los impulsos reprimidos de las personas, y al mismo tiempo como un deseo al castigo que se inflige por comunicar tales impulsos.

Freud indicaba: “El que tenga ojos para ver y oídos para escuchar podrá convencerse de que ningún mortal puede guardar un secreto. Si sus labios callan, hablará con la punta de los dedos; la traición brota por cada poro de su cuerpo” (Houston, s.f.).

En El Asesino Desconocido, Reik realiza el perfil psicológico de los delincuentes que quedan como desconocidos; sin embargo, dado el instinto de culpa, las evidencias dejadas en la escena del crimen son deseos inconscientes para ser descubierto y castigado. Baratta toma la concepción penalista y psicoanalítica de Reik sobre una teoría psicoanalítica del Derecho Penal basada en la doble función de la pena:

  1. “La pena sirve a la satisfacción de la necesidad inconsciente de castigo que impulsa a una acción prohibida, y
  2. La pena satisface también la necesidad de castigo de la sociedad mediante su inconsciente identificación con el delincuente” (Baratta, 2004, p. 46).

Lo mismo sucede cuando en la escuela algún niño hace una travesura o en casi cualquier lugar en el que se hace algo malo, se busca que sea descubierto quien hizo la maldad. Esto refleja en algunos casos un aparente deseo de verse castigado por medio de alguien más. Señalaba Freud que: “El psicoanálisis ha ido mucho más lejos al formular la tesis de una criminalidad asentada en las profundidades del inconsciente, y al sugerir la hipótesis de que existe en la colectividad un también inconsciente sentimiento de justicia que se rebela cuando el malhechor no es adecuadamente reprimido” (Reyes Echandía, 1987).

Conclusiones

Se observaron algunas aportaciones que los llamados psicoanalistas neofreudianos realizaron, derivados de la obra de Freud, iniciando con Adler con respecto del complejo de inferioridad, que en su lado negativo lleva a frustraciones, agresividad, intolerancia y posible búsqueda de compensación tóxica o negativa. También se mostró a Jung con el inconsciente criminal, atribuyendo un carácter agresivo a las razones instintivas y antiguas del humano, que se representan en acciones de connotación salvaje, no superando la agresividad destructiva. Finalmente, se vieron las aportaciones de Reik sobre el sentimiento de culpa y la tendencia a la confesión en un deseo de autodestrucción o alivio del mal realizado.

Referencias

Asociación Psicoanalítica Internacional (s.f.). Historia de la API. Recuperado de http://www.ipa.world/es/API_SP/About_Us/HistorySP/es/API/History_of_the_IPA_SP.aspx?hkey=3380d404-026c-4833-be39-8f0010e4dfcc&iSession=-1

Baratta, A. (2004). Criminología Crítica y Crítica al Derecho Penal. Introducción a la Sociología Jurídico-Penal. Ciudad de México: Siglo Veintiuno.

DiCaprio, N. S. (1989). Teorías de la personalidad. Ciudad de México: McGraw-Hill.

Houston, P. (s.f.). Spy the Lie Quotes. Recuperado de https://www.goodreads.com/work/quotes/18346399-spy-the-lie-former-cia-officers-teach-you-how-to-detect-deception

Morris, C. G. (1997). Introducción a la Psicología. Ciudad de México: Prentice-Hall Hispanoamericana.

Orellana Wiarco, O. A. (2009). Manual de Criminología. Ciudad de México: Editorial Porrúa.

Reyes Echandía, A. (1987). Criminología. Bogotá: Temis.

Notas

  1. Doctorando en Filosofía con Acentuación en Estudios de la Educación (becario CONACYT) por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Correo electrónico: wael.hikalcrr@uanl.edu.mx. Orcid https://orcid.org/0000-0003-1278-567X