Comunicación y su relación con la educación en el contexto universitario Descargar este archivo (Comunicación y su relación con la educación en el contexto universitario.pdf)

Georgina Amayuela Mora 1

Centro de Estudio de Ciencias de la Educación “Enrique José Varona”,
Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz" Camagüey, Cuba

Resumen

La comunicación en el contexto educativo es un proceso que ha sido estudiado por diferentes ciencias y desde diversos ángulos, sin embargo, aún son insuficientes las propuestas y reflexiones sobre su importancia en la calidad del proceso educativo de todos los niveles de enseñanza. El objetivo del presente artículo es valorar la significación de la relación entre comunicación y educación en función del éxito del proceso formativo de los educandos en el contexto universitario. Se emplearon métodos del nivel teórico y empírico para realizar el análisis de las concepciones sobre el objeto de estudio. Se concluye con un sistema de recomendaciones que, a consideración de la autora, son imprescindibles para perfeccionar el proceso formativo desde el vínculo entre comunicación y educación.

Palabras clave: educación, comunicación, comunicación educativa

 

Abstract

The communication in the educational context is a process that has been studied by different sciences and from various points of view, however, the proposals and reflections on the importance of this process in the quality of educational process at all levels are still insufficient. The purpose of this paper is assessing the significance of the relation between communication and education according to the success of the learning process of the students in the university context. To perform the analysis of the conceptions on the processes subjects of study were used theoretical and empiric methods. The work provides a system of recommendations, which the author considers indispensable to improve the bond between communication and education. 

Key words: Education, Communication, Educational Communication

Introducción

Las tendencias de la unesco y los acelerados cambios tecnológicos han transformado los métodos y procedimientos de la educación en todos los niveles de enseñanza. Actualmente se precisa de desarrollar estrategias que sean sostenibles en el tiempo, como el desarrollo de habilidades, el aprender a aprender, la educación continua y el desarrollo y formación de competencias.

Para dar respuesta a estas exigencias en el contexto universitario, se precisa del dominio de las potencialidades de la comunicación como proceso que posibilite el desarrollo del proceso docente-educativo y particularmente el desarrollo y la formación de la personalidad de los educandos.

El objetivo del presente artículo es valorar la significación de la relación entre comunicación y educación en función del éxito del proceso formativo de los educandos en el contexto universitario.

Desarrollo

Las concepciones educativas actuales conciben el proceso docente-educativo como un proceso comunicativo dialógico, donde deben prevalecer las relaciones horizontales entre docentes y discentes, y donde el alumno asume un papel activo y protagónico ante su propio desarrollo. En este proceso de intercambio se implica la personalidad de los sujetos en su integridad, es decir, se manifiesta la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, lo inductor y lo ejecutor Amayuela (2005).

La comunicación es posible en tanto existe un conocimiento común entre los miembros de una comunidad que se precien de ser actores sociales competentes, es decir, capaces de comprender las acciones de otros y las propias (…) la comunicación puede ser entendida como puesta en común, como un proceso que requiere un conocimiento mutuo, el cual es simultáneamente causa y consecuencia del sentido Bustos, J.C. (2011).

Según la perspectiva de este autor, la información sólo resulta significativa sobre la base de un sentido común. La comunicación además, supone una intencionalidad, implica mediación de códigos y está vinculada a la vida de manera general.

Estos dos aspectos esenciales distinguen la comunicación y deben ser considerados por los educadores para ejercer la labor formativa.

Es muy significativo el valor que posee la comunicación en la influencia educativa que debe ejercer el profesor sobre el estudiante y en la asimilación del aprendizaje al igual que en su proceso formativo en general. De manera que la comunicación y la educación son dos procesos que, si bien se distinguen por su esencia, ambos están muy relacionados y se complementan.

La relación entre comunicación y educación constituye un área de exploración teórica y práctica aún no suficientemente tratada. Fueron los comunicadores, investigadores de la educación popular, los primeros que llamaron la atención sobre la importancia de esta interrelación.

La educación implica un proceso orientado al desarrollo personal, donde el educando simultáneamente construye conocimientos y se desarrolla en planos diversos como persona (González ,1995). El proceso de educación requiere de la interrelación entre la asimilación del conocimiento y el desarrollo de la personalidad. En este mismo sentido, González afirma que el crecimiento de la persona en el proceso educativo se caracteriza por el desarrollo de la autoestima, de la seguridad personal y los intereses; así como de la capacidad para comunicarse con otros, criterio que es compartido por esta autora.

Sobre la relación entre comunicación y educación son varios los autores que han investigado esta problemática: Alonso, A. C. (1988), Ojalvo, V. (1995), Fernández, A. M. (1996), Márquez, J. L. (1996), Ortiz, E. (1997), Kaplún, M. (2000), Soto, M. (2004).

Educación y comunicación son procesos inseparables, ya que cualquier hecho educativo requiere mediaciones comunicativas y no hay situación comunicativa que no tenga una influencia educativa, en algún sentido. Pero el análisis de los vínculos entre educación y comunicación tiene múltiples dimensiones, que se han ido esclareciendo con el desarrollo de las concepciones teóricas y metodológicas de ambos procesos.

Al decir de Ojalvo (1997), se requiere establecer la distinción de dos niveles básicos en que se da la relación entre ambos procesos: el primer nivel, que pudiéramos llamar "no propositivo", es inherente a toda relación humana, siendo cualquier acto educativo una relación de individuos que entran en interacción; está implícita, de hecho, una dimensión comunicacional, donde se intercambian mensajes, aunque este objetivo no sea consciente para algunos de los implicados.

El segundo nivel, según esta autora, se caracteriza por la existencia de un propósito, una intención, un objetivo expreso de llevar a cabo determinados procesos comunicacionales, como transmitir, informar, compartir, debatir, etc.

Se coincide con esta autora al aseverar que en el proceso de socialización del ser humano se entremezclan estos dos niveles de relación entre comunicación y educación, entre interacción y formación de la personalidad.

Aportes de L. S. Vygotsky sobre la relación Comunicación/Educación

Es significativo señalar también los aportes que sobre esta relación hace el psicólogo L.S. Vygotsky principal representante del paradigma socio-histórico cultural.

Dentro de los principales aportes de Vygotsky a la comprensión del vínculo entre educación y comunicación se relacionan a continuación los siguientes:

  • El comprender el aprendizaje como una actividad social y no sólo como un proceso de realización individual. Es el proceso de la formación de la personalidad del educando, de la adquisición de conocimientos y apropiación de la cultura que tiene lugar a partir de las interacciones que se producen en la escuela y en la clase, de los tipos de actividad que en ellas se desarrollan, en el seno de determinado contexto social, histórico, institucional, que condicionan los valores e ideales de la educación.
  • El papel del lenguaje en el desarrollo de la actividad cognoscitiva.

Vygotsky destacó el estrecho vínculo entre pensamiento y lenguaje, entre el desarrollo intelectual y la palabra. Dado que el lenguaje no se desarrolla fuera de la sociedad, sino que es un producto de la actividad humana. Una práctica social no puede pensarse en el desarrollo de la consciencia, y, en general, de la personalidad humana fuera de los nexos sociales, de las relaciones entre los seres humanos. La función principal de los signos es la comunicación, ellos permiten la mediación interpersonal y el establecimiento de vínculos sociales entre los seres humanos, en este caso se habla del carácter objetivo del signo.

Vygotsky, citado por Ojalvo, asevera que: "El desarrollo de la comunicación y el de la generalización van de la mano (...) el modo generalizado del reflejo de la realidad en la consciencia —que es introducida por la palabra en la actividad del cerebro— es otro aspecto de aquel hecho de que la consciencia del hombre es una consciencia social, una consciencia que se forma en la comunicación" (Vygotsky, pág.196).

La comprensión del papel de la interacción social de la comunicación en el desarrollo de la consciencia humana tiene una importancia trascendental para la instrumentación del proceso docente como proceso social, dialógico, de interacción entre docente y discente, tal como lo comprende la Comunicación Educativa.

La educación, en sus concepciones actuales, supone la elaboración conjunta de significados y sentidos. En este sentido, Vygotsky enfatiza que lograr que los contenidos del proceso docente sean no solo "significados" para los alumnos, sino que adquieran "sentido personal" en su actividad cotidiana que los motive a actuar en correspondencia con ellos es uno de los altos fines de la educación, que solo podrá alcanzarse cuando se rescate su esencia social, humana, interactiva, comunicativa.

La comunicación educativa es aquella que se visualiza en la actualidad donde se redimensiona la función orientadora del profesor universitario y del tutor en el proceso de enseñanza-aprendizaje a tono con las exigencias sociales y que es comprendida a partir de la dialéctica entre la directividad y la no directividad del proceso, en tanto ser tutor significa guiar el proceso de aprendizaje del estudiante hacia la construcción autónoma de conocimientos, habilidades y valores Rodríguez L.  y et. al. (2011).

Concepciones contemporáneas sobre la relación comunicación-educación

Al analizar algunas de las concepciones pedagógicas del vínculo comunicación-educación se evidencia que las concepciones más modernas de la enseñanza muestran como el proceso docente se desarrolla a partir de la interacción entre profesor y alumnos y en el grupo de estudiantes. Además, se  ha esclarecido que los procesos de enseñanza y aprendizaje no se reducen a situaciones diádicas docente-discente, (aunque estas están presentes y son muy importantes), sino que es necesario tener en cuenta, además, la red de relaciones con los iguales, ya que son estos vínculos los que forman el contexto en que tiene lugar el aprendizaje, cuanto mayor sea la comunicación en un grupo, más se reforzará su vida interna, sus posibilidades de acción y de lograr los fines que se propongan.

Desde la mirada de esta autora, la red de relaciones con los iguales y su papel en el desarrollo personal y del grupo es un aspecto que merece un mayor tratamiento en las investigaciones psicopedagógicas.

J.C. Filloux ha investigado la naturaleza comunicativa del grupo escolar concluyendo que no hay duda de que una clase es por excelencia un lugar de comunicación. El campo pedagógico se define por la relación del maestro y del alumno con un saber que es comunicado de diversas formas. La clase, que específica este campo en su dimensión de grupo, tiene pues, como función esencial, ser el sustrato de una correlación del saber bajo la forma de transmisión, de aportación de información, de investigación activa, es decir, de procesos de comunicaciones (Filloux, p.69).

Es evidente que este autor considera que el estimular la interacción entre los miembros del grupo escolar arrojará influencias positivas sobre el aprendizaje, de manera que cuanto mayor sea la comunicación en un grupo más se reforzará su vida interna y los propósitos que en él se tracen.

En este mismo sentido R. Santoyo también aborda el tema, coincidiendo con los criterios antes vistos: "La educación ha sido y sigue siendo, fundamentalmente un proceso de interacción. Desde el jardín de infantes hasta los niveles de postgrado se reconoce la importancia de las interacciones en el proceso de socialización del individuo, y de los conocimientos que conforman la cultura nacional y universal" (Santoyo,1985: 57).

Desde la perspectiva de Freinet la comunicación es esencialmente dinamizadora de los procesos educativos y señala además que los niños aprenden por medio de la comunicación.

Al decir de Gutiérrez, la educación y la comunicación son un mismo y único proceso de co-participación, de co-producción, de co-entendimiento y comunión, lo que equivale a decir que la calidad de la educación, desde este enfoque, no viene dada por el cambio de programas, por el control más exacto de los procesos ni por los objetivos. Éstos se valorizan y significan por el tipo de interrelaciones que se logran establecer entre los componentes personales del proceso docente-educativo, es decir, por las interrelaciones entre profesor y estudiantes y de estudiantes entre sí.

Por su parte, Herrera A. (2010)considera quehay diferencia entre comunicar y educar porque educar es educir, hacer que el otro saque lo mejor de sí, que lo desentrañe; y para esto se exige que quien se educa no se limita a procesar lo que le enseñan o comunican, sino que educarse consiste en hacer suyo algo, de manera que esté siendo mejor, cosa que va más allá de que modifique una conducta, que es lo que tradicionalmente los modelos de comunicación alcanzan a ver".

Los autores relacionados anteriormente coinciden en las consideraciones siguientes:

  • La educación es un proceso de interacción.
  • La comunicación dinamiza el proceso educativo.
  • La calidad de la educación depende en primer lugar del carácter de las interrelaciones que se establezcan entre el profesor y los estudiantes.
  • La base de la educación es precisamente la comunicación.
  • Existe una relación recíproca entre comunicar y educar, al mismo tiempo que se evidencia diferencia entre ambos procesos.

La consideración de la educación como proceso comunicativo conduce al análisis de la práctica educativa desde una perspectiva histórica expresada en los modelos educativos imperantes en las principales tendencias pedagógicas contemporáneas.

Modelos de educación y su correspondiente forma de comunicación

Al analizar algunos estudios al respecto en el contexto universitario se observa que diferentes autores (González Rey, F.; Ojalvo, V.; Fernández, Amayuela, G.) destacan la estrecha relación entre la educación y la comunicación y afirman que dicha relación presupone que a cada tipo de educación le corresponde una determinada concepción y práctica de la comunicación. Al respecto J. Díaz Bordenave, citado por Kaplun (p.18), distingue 3 modelos fundamentales de educación con su correspondiente forma de comunicación. Estas formas de comunicación son las siguientes:

  1. Educación que hace énfasis en los contenidos.
  2. Educación que se centra en los efectos.
  3. Educación que enfatiza en el proceso.

Los modelos de comunicación 1 y 2 evidencian, a consideración de la autora, limitaciones generales:

  • Representan al mensaje en un solo sentido, es decir, predomina un flujo de información desde el emisor hasta el perceptor en forma unidireccional.
  • Al introducir la retroalimentación como elemento del proceso de comunicación, no se establecen sus niveles de manifestación y se les atribuye a los medios un excesivo protagonismo.
  • Generalmente se absolutiza la importancia de alguno de sus elementos.

Las dos primeras variantes, además, consideran al alumno como el objeto de la acción del educador. Sin embargo, en la tercera variante, la educación se concibe y organiza a partir del alumno, con el propósito de lograr su desarrollo integral.

 Teniendo en cuenta la intención de destacar el proceso docente-educativo como proceso de interacciones múltiples, se explicitará a continuación sólo la tercera posición. En educación existen diferentes variantes de este modelo de educación.

Por ejemplo la propuesta de Paulo Freire de “Educación Liberadora” es una clara manifestación de este modelo. Su objetivo principal es no sólo la trasformación de educandos y educadores, sino de la sociedad misma donde ellos conviven. El modelo de comunicación que corresponde a este tipo de educación es un modelo democrático y centrado en la práctica dialógica.

Por su parte Liadis (p.5), a partir de los trabajos de Vygotsky y Leontiev sobre el papel de las relaciones interpersonales y de la actividad social en la determinación de la personalidad humana, elaboró y fundamentó una teoría del desarrollo de la personalidad de los estudiantes a través de su propia actividad en el proceso docente-educativo y de las interacciones que establece con sus profesores y compañeros. Además, parte de concebir la enseñanza como interacción entre profesor y alumnos, aspecto que se diferencia de lo planteado en la enseñanza tradicional.

En este modelo de actividad conjunta, la posición del profesor es más democrática y los estudiantes asumen una posición activa y creativa; poseen autocontrol, autoconciencia y son capaces de modificar sus motivos, además se propicia el diálogo problematizador, la actividad es conjunta y cada uno desarrolla sus potencialidades mediante la ayuda de otros. En este modelo, el alumno es sujeto activo de la educación y el profesor propicia las relaciones e interacciones con los alumnos de forma tal que pueda manifestar todo su mundo cognitivo y afectivo, además de desarrollar todas sus habilidades.

Según Calvino(2007) Una buena comunicación supone (exige) la adecuación del estilo comunicativo a las peculiaridades del alumno.

Relación entre comunicación y educación teniendo en cuenta el papel del alumno

A continuación se relacionan ambas categorías atendiendo al papel que le asignan al alumno.

Al analizar los modelos expuestos se observa que constituyen referentes importantes para el presente estudio, sin embargo, en la comunicación educativa, en particular la que tiene lugar en el marco del proceso docente-educativo, cuando se analiza la relación entre comunicación y educación se recomienda introducir una nueva relación, como variante de la educación que hace énfasis en el proceso.

Dicha relación potencia la necesidad de aprovechar la dinámica de las relaciones entre las funciones de la comunicación.

 En este caso la atención de la educación se centra en las relaciones entre profesor y alumnos. Además, al papel activo del alumno es fundamental al ser responsable de su propio proceso formativo, sin restarle importancia ni responsabilidad al profesor.

 El alumno es más consciente de su lugar en el proceso docente-educativo y de las expectativas que tiene la sociedad con respecto a su desarrollo como profesional y como persona. En este mismo sentido vale decir, que la responsabilidad ante su propio proceso de formación y comunicación, posibilita que cada día asuma mayores retos como sujeto activo en el proceso de autotransformación y transformación de la realidad en general.

Conclusiones

Las relaciones entre educación y comunicación se manifiestan cada vez más como resultado de una creciente tendencia democratizadora en todos los sistemas educativos y de una teorización y práctica educativa cada vez más científica. La educación y la comunicación son dos procesos que se integran en el proceso docente-educativo, los cuales permiten el desarrollo de la personalidad de los educandos, es decir, su proceso formativo.

Se precisa que los docentes interioricen que solo a partir de un proceso de comunicación asertivo y afectivo, será posible incidir en las dimensiones (instructiva, educativa y desarrolladora) del proceso formativo en el contexto universitario, a tono con las actuales exigencias del mundo contemporáneo.

El análisis de los modelos fundamentales de educación, con su correspondiente forma de comunicación, evidencia que las relaciones entre las funciones (informativa, afectiva y reguladora) de la comunicación deben considerarse en el modelo que hace énfasis en el proceso. En este caso, la atención de la educación se centra en las relaciones entre profesor y alumnos donde se destaca al papel activo del alumno como responsable de su propio proceso formativo, sin restarle importancia ni responsabilidad al profesor.

Referencias

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Notas

1. Lic en Educación, Especialista en Psicología/Pedagogía, Profesora Titular. Doctora en Ciencias Pedagógicas, profesora e investigadora del Centro de Estudio de Ciencias de la Educación “Enrique José Varona”, Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz" Camagüey, Cuba